Este artículo lo hemos visto #rt por FEDAES, al leerlo nos pareció muy interesante y os recomendamos lo leáis.
Bom
día a todos desde Lisboa, donde he tenido la oportunidad de aprender
y actualizar conocimientos participando en el 4º
Congreso de la Academia Europea de Neurología.
Recogiendo las peticiones de los seguidores que les gustaría leer
más sobre los avances en tratamientos
e investigación en
Neurofriendly, hoy os quiero hablar de los tratamientos géneticos
(también denominados como terapia
génica)
en las enfermedades neurológicas. ¡Hay mucho que contar! Eso de lo
que hablábamos hace unos años como el futuro, hoy es una realidad.
Una realidad en evolución y llena de esperanza para muchos
pacientes.
¿Qué
es la terapia génica? Para
entender esto es fundamental dar un paso atrás y coger un
microscopio, adentrarnos en la célula y llegar al núcleo,
donde encontraremos sus cromosomas. Como
sabéis, esos cromosomas contienen nuestro código genético
y dos copias
de cada gen,
una copia heredada de la madre y otra del padre. Los genes están
escritos en un código que llamamos DNA.
1.Este
DNA se transcribe a otro código que que se llama RNA.
2.Este
se traduce en su producto final que son las proteínas (o
polipeptidos que veís en la imagen). Las proteínas son vitales para
la vida de una célula ya que tienen múltiples funciones: dan
estructura, defienden, metabolizan, construyen y destruyen…
En
las enfermedades genéticas se produce una mutación
en el DNA que
hace que estos procesos se trunquen: el resultado puede ser un
proteína muy corta, que funcione a medias; una proteína que
funcione en exceso o una que no funcione para nada. En las
enfermedades con herencia recesiva,
se necesita recibir dos genes mutados (uno de cada uno de los
progenitores) para que la enfermedad se desarrolle. Si sólo hay una
copia “mala”, el otro gen “salva” el problema y no da pie a
nigún problema. En las enfermedades con herencia dominante,
con recibir una copia erronea (del padre o de la madre), ya es
posible desarrollar la enfermedad.
En
cuanto a las enfermedades que aquí tratamos, lo cierto es que vamos
descubriendo nuevos genes a pasos agigantados. La ataxia
de Friederich y
las ataxias espino
cerebelosas (SCAs)
(esas enfermedades que producen alteraciones del equilibrio y del
habla que comentabamos
en Cuestión
de equilibrio y Hablo
raro pero no soy tonto)
y la enfermedad de
Huntington (que
produce lo que llamamos corea o movimientos de baile continuo) tienen
en común que son monogenéticas (una mutación en un gen produce una
enfermedad). La distonía de la que nos hablaba Alberto hace unas
semanas (La
distonía es un cortocircuito)
y la enfermedad de
Parkinson (de la
que tenemos múltiples posts), son enfermedades más heterogéneas ya
que conocemos decenas de genes relacionados con ellas.
Y
por qué os cuento todo esto. Porque, si sabes cual es el gen mutado,
tienes una causa clara de lo que no funciona y puedes actuar sobre el
problema de raíz. Es muy distinto ir al mecánico y decir, “el
coche no va bien” a decir, “este coche no acelera porque falla el
contacto entre el acelerador con la bujía que tiene la tuerca x”.
Creo que queda claro que no sé nada de coches, pero seguro que con
el ejemplo os hacéis una idea. Y la terapia génica es eso: actúa
en cada uno de los pasos que os he comentado antes.
- Es erróneo el código inicial (el DNA): pues lo aporto desde fuera. ¿Cómo? a través de vectores virales que se introducen en la célula y aportan una copia sana del gen y se incorporan al DNA de la persona.
- Otra posibilidad es evitar el paso de RNA mensajero a proteína, interceptando la traducción con un RNA de interferencia (un pequeño trozo de RNA que se adhiere al de la persona e interrumpe la lectura). De esta forma, no se produce la proteína patológica.
- La proteina producida es un desastre y lo único que hace es fastidiar: la marco con un anticuerpo especifico y así le digo al cuerpo que la destruya. Que la meta en la basura de la célula para que no esté por medio y cause daño.
Y
esto, que hace unos años parecía ciencia ficción, cosa de ratones,
pipetas y campanas de laboratorios, ya es una realidad. La atrofia
muscular espinal es
una enfermedad recesiva (de esas que requieren dos genes mutados) en
un gen bien identificado (el SMN) que ataca a las neuronas motoras
que salen de la médula espinal para llegar a los músculos. Al no
llegar bien la señal, los músculos se atrofian y en algunas formas
graves llevan a la muerte en los primeros años de vida.
Hoy,
gracias a la terapia génica, algunos de estos niños pueden alcanzar
hitos como sentarse, gatear, incluso dar unos pasos… Se ponen los
pelos de punta ¿verdad? Es maravilloso.
Y
lo que se aprendió de esta enfermedad neuromuscular, hoy se esta
aplicando a algunos trastornos del movimiento. En este momento hay
ensayos clínicos con terapias génicas para la ataxia de Friederich,
la enfermedad de Huntington y la enfermedad de Parkinson (para
portadores del gen GBA o glucocerebrosidasa). En ellos se intenta
restaurar la funcionalidad normal de la proteína actuando en uno de
los niveles que he descrito antes.
El
futuro ya está aquí.
Hay razones para tener mucha esperanza. También cautela. Lo
que os he contado en pocas palabras es el trabajo de años de investigación, de prueba y error, y precisa de una ingeniera que asegure que la medicación llegue bien a la diana, con las dosis adecuadas y sin producir efectos adversos. Habrá problemas por el camino, se caerán fármacos potenciales por ser ineficaces. Pero la medicina translacional avanzará y gracias a la inteligencia y creatividad humana llegará la cura para muchas enfermedades genéticas. Es cuestión de tesón y tiempo.
que os he contado en pocas palabras es el trabajo de años de investigación, de prueba y error, y precisa de una ingeniera que asegure que la medicación llegue bien a la diana, con las dosis adecuadas y sin producir efectos adversos. Habrá problemas por el camino, se caerán fármacos potenciales por ser ineficaces. Pero la medicina translacional avanzará y gracias a la inteligencia y creatividad humana llegará la cura para muchas enfermedades genéticas. Es cuestión de tesón y tiempo.
Firmado
por: Mónica
Kurtis
Fuente:
https://neurofriendly.org/2018/06/20/los-tratamientos-geneticos-ya-estan-aqui/
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