viernes, 31 de marzo de 2017

Objetivo, reducir a un año el tiempo del diagnóstico de las enfermedades raras

Expertos y pacientes critican en Santiago la desigualdad en el acceso a los tratamientos para estas dolencias



Las estimaciones, ya que no hay registros que lo confirmen, reflejan que en España hay tres millones de personas con una enfermedad catalogada como rara, y de ellas unas doscientas mil son gallegas. Son patologías que apenas tienen tratamientos específicos, y uno de los principales problemas está ya en el propio diagnóstico. Porque se calcula que la media en España es de unos cinco años, y algunos enfermos padecen un peregrinaje de hasta diez años hasta que se pone nombre y apellidos a su mal.

Evitarlo es uno de los objetivos que se ha propuesto el Consorcio Internacional de Investigación en Enfermedades Raras (IRDiRC), que persigue que en el año 2027 el 90 % de estas patologías -hay unas siete mil- puedan diagnosticarse en un año desde la aparición de los síntomas. La importancia de acelerar este proceso es una de las conclusiones a las que llegaron ayer científicos, responsables sanitarios y asociaciones de pacientes en la masterclass sobre medicamentos huérfanos y enfermedades raras que se celebró en Santiago. El catedrático de Medicina Legal y experto en genética, Ángel Carracedo, aseguraba que la realidad está muy lejos de este plazo de un año, «los pacientes dan tumbos muchas veces», indica, y aunque la investigación es esencial, en ocasiones ni siquiera es un problema de inversión en ciencia, sino de organización, aclara el catedrático. «A veces los problemas estructurales son más complicados que los económicos, y eso que Galicia no es ni mucho menos de las comunidades menos organizadas. Debemos involucrar a la atención primaria, ya que muchas veces son los que detectan los casos, pero en ocasiones ni siquiera pueden pedir pruebas diagnósticas», insiste.

Más del 80 % de las patologías raras tienen un origen genético, de ahí la importancia de realizar análisis de este tipo, «que ya orientan el diagnóstico», apunta Carracedo. Desde el Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (Ciberer) se ha presentado un proyecto liderado por el propio científico para investigar en trastornos raros presumiblemente genéticos del movimiento. Se trata de una propuesta que aspira a obtener quince millones de euros de financiación europea en caso de ser elegida, y que abordará trastornos del movimiento como las ataxias, que afectan a un elevado número de pacientes en global.

Los expertos que participaron en esta jornada, organizada por BioMarin y la Federación Española de Enfermedades Raras, coincidieron en la importancia de trabajar en red a nivel internacional, compartir conocimiento y hacer investigación básica; y en que todos los pacientes tengan acceso a los mismos tratamientos y especialistas.

En este sentido, en España hay centros y unidades de referencia (CSUR) que abordan enfermedades que por su escasa frecuencia impiden que haya especialistas en todos los hospitales o incluso comunidades. Lo que ocurre es que, aunque en teoría los otros centros pueden derivar a sus pacientes allí, a veces surgen problemas en este proceso.

Fuente:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2017/03/31/objetivo-reducir-ano-tiempo-diagnostico-enfermedades-raras/0003_201703G31P26997.htm

viernes, 17 de marzo de 2017

Que tu corazón te cure

Este es un artículo que aconsejo que lean todos los atáxicos, para que puedan mejorar su calidad de vida.


Acaban de demostrar en laboratorio, lo que algunos ya sabíamos por experiencia propia, que al hacer ejercicio mejoramos.

 http://blog.ataxias-galicia.org/search/label/Mi tratamiento para la ataxia


Hace muy poco tiempo un grupo de investigadores canadienses, liderado por un joven de cuyos orígenes no pueden cabernos muchas dudas a la vista de sus apellidos -Matías Álvarez Saavedra, se llama-, hizo un descubrimiento que me parece fascinante.

Estaban estudiando ratones que padecen una enfermedad cerebelosa, una ataxia, que hace que no sean capaces de mantener el equilibrio.

Pues en esos ratones, la terapia más simple que nos podamos imaginar logró lo que la medicina más sofisticada no ha conseguido hasta ahora: el ejercicio físico habitual inducía efectos que modificaban la expresión genética de su enfermedad, revirtiendo los síntomas.

Estos ratones tienen una expectativa de vida de alrededor de un mes, se caen al intentar caminar, tienen dificultades para alcanzar la comida… En fin, un drama.

Pero si se los ponía a correr de manera habitual en una rueda, sus síntomas mejoraban de manera que su expectativa de vida pasaba a ser de casi un año (vale, no es mucho, pero es lo normal en esa raza de ratones), su peso se normalizaba y su marcha mejoraba radicalmente. No se curaban, pero la diferencia era pasmosa.

Dr. Matías Álvarez Saavedra
Ottawa Hospital Research Institute
Desde Aristóteles sabemos que el ejercicio físico es una herramienta terapéutica muy valiosa incluso para enfermedades mentales, pero nos faltaba saber el proceso íntimo por el que actúa, y eso es una de las cosas que este grupo ha logrado desentrañar.

El ejercicio debía de producir alguna sustancia que alcanzaba a las neuronas y las estimulaba para repararlas, pero había que encontrarla. Y lo hicieron.

Hallaron una proteína (un tipo de factor de crecimiento) llamada VGF, que es capaz de hacer que las neuronas dañadas se reparen parcialmente, mejorando su función y cambiando radicalmente los síntomas de su enfermedad.

Faltaba saber de dónde viene, claro. Aunque al principio buscaron el origen en el músculo esquelético de los ratones, la naturaleza les tenía reservada una sorpresa: allí no había nada.

Siguieron buscando y -fantástica alegoría- lo encontraron en el corazón de los ratones: su músculo cardíaco producía el VGF que luego llegaba hasta el cerebelo y lograba que las neuronas se reparasen.

La mala noticia es que el efecto del ejercicio desaparece al dejar de practicarlo.

Pero la buena noticia es que a cualquier edad podemos entrenar y mejorar.

Por supuesto, ya hay una empresa farmacéutica preparando el fármaco sintético que logra ese efecto, pero es posible que no esté al alcance de todo el mundo, mientras que hacer ejercicio diariamente, sí.

Como siempre, el problema es que muchas veces es más fácil tomarse una pastilla o recibir una inyección que hacer dos horas diarias de ejercicio.

Pero ¿no es más bonito hacer que nuestro corazón logre que nuestro cerebro mejore? En todos los aspectos, me parece que a nuestra sociedad le iría mejor si lo hiciéramos.
DR. RAFAEL ARRIAZA 
17/03/2017

Fuente:http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2017/03/17/tu-corazon-cure/0003_201703G17P17994.htm

miércoles, 15 de marzo de 2017

Impulsan un proyecto para inyectar fármacos en el cerebro de enfermos Ataxia de Friedreich

El Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona ha iniciado un proyecto, financiado por los propios pacientes, para desarrollar un tratamiento inyectable para administrar frataxina al cerebro de los enfermos de Ataxia de Friedreich, una enfermedad rara y neurodegenerativa sin cura.


Las asociaciones de familiares y pacientes Babel Family y la Asociación Granadina de la Ataxia de Friedreich (ASOGAF) impulsan con 80.000 euros de sus fondos de donaciones (50 % cada una) el nuevo proyecto del IRB, que durará 18 meses.

El proyecto va en el camino de conseguir en el futuro una terapia de reemplazamiento de la proteína frataxina para los afectados de Ataxia de Friedreich, haciéndola llegar al cerebro, órgano en el que los bajos índices de esta proteína causan más daños.

El estudio lo dirige el científico Ernest Giralt, con una larga experiencia en química de péptidos y nuevos sistemas de administración de fármacos al cerebro, como las lanzaderas peptídicas, hábiles para cruzar la barrera que recubre y protege el cerebro cargadas con el medicamento.

La Ataxia de Friedreich es una enfermedad degenerativa hereditaria que produce lesiones progresivas en el sistema nervioso que afectan a la coordinación de movimientos, genera debilidad muscular, problemas de habla y cardiopatías y se manifiesta entre los 5 y los 25 años.

"Desgraciadamente no hay tratamientos eficaces para enfermedades del sistema nervioso central como esta o como Alzheimer y Parkinson. Hacer llegar fármacos al cerebro sigue siendo un reto, pero no perdemos la esperanza en una cura en un futuro", han explicado Mari Luz González, portavoz de Babel Family, y Teresa Gilabert, de ASOGAF.

"Creemos -han añadido- que los péptidos lanzadera de los investigadores del IRB Barcelona tienen mucho potencial y, aunque somos conscientes de que quedan muchos escollos por superar, creemos que es un buen comienzo".

Dos de cada 100.000 personas está afectada por Ataxia de Friedreich y son únicamente de origen europeo (caucasianos), aunque en España la incidencia es mayor, ya que se estima que hay 4,6 casos por cada 100.000 personas.

La enfermedad está causada por la deficiencia de un único gen, el de la frataxina, que está en niveles reducidos en el organismo y que afecta especialmente a cerebro, médula espinal y músculos.

El proyecto a largo plazo es disponer de un preparado de frataxina -como la inyección de insulina para diabéticos-, que llegue al cerebro, según Meritxell Teixidó y Macarena Sánchez, investigadoras del proyecto.

"Nuestras lanzaderas traspasan la barrera hematoencefálica, llegan al sistema nervioso central y no son tóxicas según los datos preliminares que tenemos. El reto en próximos meses es adaptarlas a la proteína frataxina para que franquee la barrera hematoencefálica y comprobarlo en modelos celulares", ha avanzado Teixidó.

Gracias a un proyecto financiado por el programa RecerCaixa desde 2015, los investigadores ya son capaces de producir la frataxina en bacterias.

"Se trataba de un primer paso necesario para plantearnos este otro proyecto, tras el cual quedarán luego dos etapas más para hablar de éxito", ha dicho Ernest Giralt.

Y es que la frataxina no solo ha de cruzar la barrera hematoencefálica, sino que también debe superar la membrana plasmática de las células y luego entrar en las mitocondrias, que son los orgánulos celulares donde ejerce la función.

"Estas dos etapas no las abordaremos ahora", ha apuntado Giralt, que ve factible "conseguir una terapia a largo plazo porque además no estamos solos investigando. Aunque pocos, hay otros grupos en el mundo interesados y todos aportamos conocimiento, trasvasamos información y este esfuerzo colectivo será bueno para esta terapia u otras opciones terapéuticas. No sabemos de dónde llegará el tratamiento pero soy optimista", ha dicho. EFE

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170314/42873911729/impulsan-un-proyecto-para-inyectar-farmacos-en-el-cerebro-de-enfermos-ataxia.html
Mas información: https://www.irbbarcelona.org/es/news/nuevo-frente-de-ataque-en-la-investigacion-de-la-ataxia-de-friedreich

miércoles, 8 de marzo de 2017

La importancia de la vitamina D

Insertamos hoy otro artículo de nuestra colaboradora Edith Gómez

Las vitaminas son sustancias orgánicas presentes en los alimentos naturales que no pueden ser sintetizadas por el organismo y que se requieren, en pequeñas cantidades, para el mantenimiento de las funciones metabólicas de la mayoría de las células animales. Y en esta oportunidad vamos a estar hablando de la vitamina D.

La vitamina D es una prohormonaque se produce a partir del colesterol y juega un papel importante en nuestro organismo como, por ejemplo, la adecuada mantención de la estructura ósea.

La vitamina D es esencial para el mantenimiento de la mineralización ósea a través de la regulación de calcio y homeostasis del fósforo, aumentando la absorción de estos minerales de los alimentos y reduciendo la pérdida de calcio en la orina.

El organismo tiene que regular constantemente la concentración de calcio y evitar la hiper o hipocalcemia. Y al ser esta hipercalcemiente, aumenta la concentración plasmática de calcio.

En ese sentido, es importante que se tomen en cuenta tanto los niveles de calcio como los de vitamina D en los análisis de control, así como también la hormona paratiroidea la cual cumple un papel importante en este ciclo.

La vitamina D tiene 2 formas que son importantes para los humanos, la vitamina D2 y vitamina D3.La vitamina D2, o ergocalciferol, es un esterol soluble en grasa, que es una molécula orgánica que se encuentra en plantas y levaduras. Es de color blanco y no es soluble en agua sino en disolventes orgánicos y aceites vegetales. Por otro lado, la vitamina D3 (colecalciferol) es la forma más activa de vitamina D en los humanos, y es de origen animal: se encuentra en el hígado, en la yema del huevo, en la grasa de la leche de vaca.

¡Listo! La vitamina D es importante pero, ¿Cuál es la dosis recomendad de vitamina D?
Tomar a diario la siguiente dosis de vitamina D en forma de suplementos dietéticos:

- Bebés, de hasta 1 año de edad-------400 UI
- Niños, de 1 año de edad--------------1000 UI
- Adolescentes----------------------------1000 UI por cada 12kg de peso corporal
- Adultos----------------------------------- 5000 UI (Con una media de peso corporal de 70kg)
- Embarazadas---------------------------4000 UI a 6000 UI

Esta es la cantidad de vitamina D que los de expertos recomiendan para lograr un nivel óptimo de 25 (OH) D de 60 ng/ml, y para mantener este nivel a largo plazo.

Esta dosis recomendada es plenamente segura y no produce ningún tipo de efectos secundarios, por lo que puede tomarse sin necesidad de realizar ningún análisis de sangre.


Consecuencias del déficit de vitamina D

La deficiencia de vitamina D es más común de lo que piensas. De hecho, es tan común que The American Journal of Clinical Nutrition  lo calificó como un problema a escala mundial que es reconocida como una pandemia.

La principal característica del raquitismo y de la osteomalacia es la falta de calcio en los huesos; el raquitismo ataca a los niños cuyos huesos todavía están en crecimiento, y la osteomalacia a los adultos que tienen los huesos formados. Ambos trastornos son producidos principalmente por una carencia de vitamina D.

¿Por qué es tan importante esta vitamina?

La vitamina D ha demostrado beneficios de prevención de muchas enfermedades, incluyendo enfermedades del corazón y diabetes, y puede incluso reducir el dolor crónico.

Por otro lado, cuando se trata de cáncer, la vitamina D es el peor enemigo.  Las teorías que vinculan la deficiencia de vitamina D con el cáncer han sido probadas y confirmadas en más de 200 estudios epidemiológicos, y la comprensión de su base fisiológica se deriva en más de 2.500 estudios en laboratorio.


Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
Twitter: @edigomben

martes, 7 de marzo de 2017

Boletín FEDAES 155

EDITORIAL
"Ataduras físicas y económicas"

Una vez más las circunstancias nos obligan a tratar en este apartado el tema de la “Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia” ....


Este boletín es la voz de la Federación Española de Ataxias (FEDAES) y por tanto, tu voz, así que para que realmente sea informativo y actual, si tienes cualquier información, artículo, opinión o escrito que creas interesante házselo llegar a: 

miércoles, 1 de marzo de 2017

“La sanidad pública se niega a cubrir parte de mi terapia”

Todo empezó con pequeñas caídas, con pérdidas de equilibrio que la convertían en la “torpe” de la familia. Belén creció desde pequeña con esa sensación, como si aquellos tropiezos fuesen lo más normal del mundo. Poco a poco, la historia de la pequeña Belén comienza a acumular situaciones que, a veces, entraban dentro de lo anecdótico: desde no poder saltar del trampolín de la piscina, a perder el equilibrio cuando cerraba los ojos en la ducha. Hoy Belén tiene veintidós años. Es una joven muy activa. Desde que consiguió su silla de ruedas es más autónoma y no para en casa porque, de lo contrario, “me hundiría”. Y eso, Belén, que siempre tiene una sonrisa en su rostro, no piensa dejar que ocurra.


Belén, afectada por ataxia: “La sanidad pública se niega a cubrir parte de mi terapia”.


La primera gran caída

Su vida transcurre desde pequeña con la conciencia de que no era una niña como el resto de sus amigas del colegio. Poco a poco, aquellos síntomas que quedaban en anécdotas se acentuaron. El primer punto de partida llegó a los cinco años. “En el patio del colegio, mientras jugaba con las amigas, me tropecé y caí.” Se hizo un esguince. Un esguince que costaba mucho curar. Pronto empezó el dolor de pies al caminar, y ahí dieron comienzo cuatro años de traumatólogos, placas y pruebas… sólo centradas en los pies. “Recuerdo que cuando subía a una tarima de cristal en el traumatólogo, me tenían que sujetar entre varias personas o me caía. Y siempre se decía… ‘es que Belén es así’”.

Nadie sospechaba de aquellas pérdidas de equilibrio. El único diagnóstico fue que su talón de Aquiles era más corto de lo normal. Belén, mientras, intentaba retomar su rutina. “Un día salimos de campamento por la mañana, para regresar por la tarde. Caminábamos muchísimo, y hubo un momento en el que no podía andar más. Un monitor la llevó durante dos horas montada a ‘caballito’”, rememora entre risas. Las compañeras y monitorias del campamento la llaman “la borrachita”. Y, por entonces admite que no se lo tomaba a mal, porque desde pequeña había asumido ser así.

Cuando regresó de aquel campamento y narró lo ocurrido, el traumatólogo dio en la clave: el problema estaba en el sistema nervioso central. La pequeña Belén fue derivada a neurología y allí pusieron nombre a lo que, hasta entonces, habían sido “las cosas normales de Belén”. Se debía a la ataxia. Hay muchos tipos. La suya, en concreto, es la ataxia de Friedreich. Una enfermedad de las calificadas como “raras”, neurodegenerativa, que por el momento no tiene cura, y que se caracteriza por la pérdida de fuerza muscular y de equilibrio.


Vivir con la ataxia sin saberlo

Los padres se vuelven locos buscando por Internet aquella nueva palabra que iba a estar para siempre en sus vidas. La pequeña Belén, por entonces con diez años, sigue pensando que sus mareos se deben a que ella es así; pero le chocan demasiados cambios. “¿Qué pintaba una neuróloga en el proceso? ¿Por qué me inflan a medicamentos? ¿Por qué me han prohibido hacer gimnasia? Todas esas eran mis dudas. La silla de ruedas se incorporó a mi vida. Y, como no sabía que tenía la enfermedad, desconocía que mi ataxia llevaba emparejada una cardiopatía, una hipertrofia ventricular, de ahí que no pudiese hacer deporte”, recuerda Belén.

“Si no fuese por estas terapias estaría en una cama sin moverme”


La sanidad pública sólo le ofreció como tratamiento unas sesiones de rehabilitación que se reducían a lo mínimo. “Imagina, media hora en un mes era la única sesión que tenía… Parecía una burla. Empeoré. La enfermedad avanzó más rápido y fue entonces cuando mis padres asumieron afrontar el coste de las terapias privadas”, afirma. Con ellas pretenden poner la zancadilla a la enfermedad e intentar frenarla, que no avance tan rápido. Y, por ahora, lo está consiguiendo. “Si no fuese por estas terapias, y todo el esfuerzo que implican, estaría en una cama sin moverme, o no podría ponerme de pie si estoy sentada en una silla. A día de hoy puedo andar con mucha ayuda y un andador, y mis piernas aún tienen la iniciativa de dar pasos. Eso no se podía conseguir con una rehabilitación de media hora al mes. Es imposible. Ningún enfermo puede conseguirlo. Yo, gracias a mis padres, me considero una afortunada, aunque no nos sobra el dinero ni de lejos”, asume la joven.

Todo empezó con pequeñas caídas, con pérdidas de equilibrio que la convertían en la “torpe” de la familia. Belén creció desde pequeña con esa sensación, como si aquellos tropiezos fuesen lo más normal del mundo. Poco a poco, la historia de la pequeña Belén comienza a acumular situaciones que, a veces, entraban dentro de lo anecdótico: desde no poder saltar del trampolín de la piscina, a perder el equilibrio cuando cerraba los ojos en la ducha. Hoy Belén tiene veintidós años. Es una joven muy activa. Desde que consiguió su silla de ruedas es más autónoma y no para en casa porque, de lo contrario, “me hundiría”. Y eso, Belén, que siempre tiene una sonrisa en su rostro, no piensa dejar que ocurra.

Cuando descubre la enfermedad

Llegó la hora de saber la verdad. El momento en el que Belén, con diecisiete años, descubre que ni es patosa ni torpe. Y ocurrió de la forma más inoportuna. Era el mes de diciembre cuando a casa llegó un calendario en el que aparecían unos amigos. Belén lo cogió y leyó en una de las esquinas la siguiente frase: calendario benéfico para la ataxia.

“Como yo soy curiosa y decidida, busqué en Internet. Aparecían cosas con las que me identificaba demasiado. Fui a mi madre y no sabía muy bien cómo reaccionar, tenía algo de miedo”, recuerda. Días después tuvo cita con la neuróloga y allí pudo hacerle todas las preguntas. Luego vinieron las respuestas que nunca olvidará: que padecía una enfermedad degenerativa y que aquellos síntomas no tendrían vuelta atrás. Lloró mucho en la consulta y a su mente viene ahora una frase que la doctora le dijo: “Belén, imagina que cuando naciste había una bolsa llena de canicas de colores. Tú, con los ojos cerrados, cogiste la negra”.

Belén, afectada por ataxia: “La sanidad pública se niega a cubrir parte de mi terapia”
Admite que en los días sucesivos se hundió, que no iba a clases, y que no quería saber nada de nadie. No quería creer todo aquello que leía. Le costó asumir que, por más fisioterapia que hiciese, la enfermedad nunca se iría. Tres meses después acudió a una psicóloga y ahí empezó su cambio. Decidió que quería disfrutar de la vida a pesar de la enfermedad. Habló con otros pacientes. Compartió experiencias. Puso todo el esfuerzo por su parte y retomó su día a día.

Si hacer frente a una enfermedad rara es duro y costoso, donde casi el único apoyo de estas familias son las asociaciones dedicadas a la enfermedad, la llegada de la crisis tampoco lo puso fácil. Aparecieron los recortes en las ayudas de dependencia, el copago farmacéutico, denegaron la ayuda para el ascensor que la vivienda no tenía, o tuvieron que pagar de su bolsillo la reforma del cuarto de baño para adaptarla a las necesidades de la joven. Nada es fácil en una enfermedad para la que hay pocos recursos y para la que, por su escasa incidencia, las familias se encuentran con un sistema que no cubre sus necesidades.


El ‘no’ de la sanidad pública a cubrir una parte de sus terapias

Belén afronta cada día sus pequeños-grandes retos diarios, como desplazarse, levantarse, vestirse, ducharse… Ahora es ella la que estudia psicología para ayudar a otros afectados en un futuro y confiesa que tiene, como “terapia alternativa”, escribir en su blog, donde se desahoga cuando casi todo le desborda.

Eso fue justo lo que le ocurrió la semana pasada. En la clínica privada donde recibe una de las terapias le comentaron que se estaba gastando un “dineral” en sus sesiones y que ellos admitían pacientes de la sanidad pública. En su última consulta en el hospital Clínico de Valencia, le cambiaron de doctora, quien le preguntó por su estado y evolución desde el principio. “Le comenté que esta última terapia me va muy bien. Nunca les pido nada, porque me gasto unos 500 euros de media cada mes en mis terapias. Así que pedí, por favor, si por una vez en los doce años que llevo pagando de mi bolsillo la fisioterapia, me podría cubrir algo la seguridad social. Me respondió con un ‘no’ rotundo”.


“Al final la culpa es mía por esforzarme y pagar terapias de mi bolsillo”


Lo que escuchó después de aquella negativa le dolió más: que estaba mejor, que aquellas sesiones eran sólo de mantenimiento, no para enfermedades crónicas, y que su enfermedad avanza muy lentamente. “Me enfadé muchísimo porque ella no sabe cómo estaba yo hace un año. Es la primera vez que me veía, así que no puede decir si estaba mejor o peor. Al final resulta que la culpa es mía por esforzarme tanto, y por pagar terapias de mi bolsillo. Y, segundo, nunca pueden dudar de las opciones de recuperación o mejora de un paciente. Hay que intentar todas las vías. Un médico rehabilitador debe dar un abanico de opciones para mejorar la calidad de vida, y no impedirla”, denuncia.

El mes que viene, en su próxima cita, solicitará de nuevo que la sanidad pública le cubra una de sus terapias, por la que ella paga unos 150 euros mensuales. No se va a cansar de solicitarlo hasta que lo consiga. Y, todo ello, lo hará mientras afronta su enfermedad con decisión. Porque sabe que tiene la fortuna de vivir, que puede afrontar la ataxia con mayor calidad de vida, que tiene fuerza para pelear por sus derechos, que puede animar a otros pacientes… Y sobre todo, porque quiere seguir compartiendo momentos con sus padres y sus amigas, a las que aún mantiene desde que tenía tres años. Las mismas que sonríen cuando recuerdan juntas tiempos pasados. Las mismas que sonríen cuando recuerdan juntas “aquellas cosas normales de la pequeña Belén”.

Fuente: http://www.publico.es/sociedad/dia-enfermedades-raras-sanidad-publica.html