El
ejercicio físico y mental no solo es beneficioso para tu propio
cerebro,
sino que también puede afectar a la capacidad de aprendizaje de los
futuros descendientes, al menos en ratones. Esta forma particular de
herencia está mediada por ciertas moléculas de ARN que influyen en
la actividad de los genes.
Estas
moléculas se acumulan tanto en el cerebro como en las
células germinales después de la actividad física y mental.
El
profesor André Fischer y sus colegas del Centro Alemán de
Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE, por sus siglas en inglés) en
Goettingen y Munich, en Alemania, y el Centro Médico Universitario
de Gotinga (UMG, por sus siglas en inglés), también en Alemania,
informan sobre estos hallazgos en la revista 'Cell Reports'.
Las
habilidades adquiridas no modifican la secuencia de ADN y, por lo
tanto, no pueden transmitirse a la descendencia; esta creencia
prevaleció en el campo de la genética durante mucho tiempo.
Sin embargo, en los últimos años, los científicos han encontrado
algunas circunstancias que refutan este principio.
Una
dieta pobre, por ejemplo, aumenta el riesgo de enfermedad, no solo
nuestro riesgo, sino también el de nuestros hijos. Los factores de
estilo de vida como el estrés y el trauma también pueden influir en
la próxima generación. Los científicos llaman a este fenómeno
herencia "epigenética", ya que no está asociado con
cambios en la secuencia de ADN.
“Las habilidades adquiridas no modifican la secuencia de ADN y, por lo tanto, no pueden transmitirse a la descendencia; esta creencia prevaleció en el campo de la genética durante mucho tiempo”
La capacidad de aprendizaje, heredada también
El
profesor André Fischer y sus colegas investigaron la herencia de
otra capacidad adquirida: la capacidad de aprender. Se
sabe que la actividad física y mental mejora la capacidad de
aprendizaje y
reduce el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. En ratones, los
científicos demostraron que la capacidad de aprendizaje se
transmitió a la siguiente generación por herencia epigenética.
Cuando
Fischer y sus colaboradores expusieron a los ratones a un ambiente
estimulante en el que se ejercitaban mucho, sus descendientes también
se beneficiaron: en comparación con los ratones de un grupo de
control, lograron mejores resultados en pruebas que evalúan la
capacidad de aprendizaje.
También
se descubrió que estos roedores tenían plasticidad sináptica
mejorada en el hipocampo, una región del cerebro importante para el
aprendizaje. La "plasticidad sináptica" es una medida
sobre cómo de bien se comunican entre sí las células nerviosas;
por lo tanto, forma la base celular para el aprendizaje.
Después,
los científicos investigaron qué mecanismo podría ser responsable,
para lo
cual se centraron en la herencia epigenética de los padres y
buscaron su base material en los espermatozoides. El esperma contiene
ADN paterno y también moléculas de ARN. Por lo tanto, los
científicos realizaron experimentos para conocer el papel que
desempeñan estas moléculas de ARN en la herencia de las habilidades
de aprendizaje.
Para
ello, extrajeron el ARN de los espermatozoides de ratones que eran
física y mentalmente activos. Estos extractos fueron inyectados en
óvulos fertilizados. También se descubrió que los roedores que se
desarrollaron tenían mejor plasticidad sináptica y capacidad de
aprendizaje. Por lo tanto, la actividad física y mental tuvo un
efecto positivo en las habilidades cognitivas de la descendencia, un
efecto que estuvo mediado a través del ARN en el esperma.
En
experimentos adicionales que involucraron inyecciones de extractos de
ARN, los científicos pudieron identificar más de cerca las
moléculas de ARN responsables de la herencia epigenética: mostraron
que dos de las llamadas moléculas de microARN
--miARN212 y miARN132-- podrían explicar al menos parte de la capacidad de aprendizaje heredada.
--miARN212 y miARN132-- podrían explicar al menos parte de la capacidad de aprendizaje heredada.
Los
microARN son moléculas de control que influyen en la actividad de
los genes. "Por primera vez, nuestro trabajo vincula
específicamente un fenómeno epigenético a ciertos microARN",
DESTACA Fisher, científico senior de DZNE y UMG.
Los
investigadores también encontraron que miARN212 y miARN132 se
acumularon en los cerebros y los espermatozoides de los ratones
después de la
actividad física y mental.
Anteriormente, se sabía que estas moléculas estimulan la formación
de sinapsis en el cerebro, mejorando así la capacidad de
aprendizaje.
A
través del esperma, se transmiten a la próxima generación.
"Presumiblemente, modifican el desarrollo del cerebro de una
manera muy sutil mejorando la conexión de las neuronas. Esto resulta
en una ventaja cognitiva para la descendencia", dice Fischer.
Se
sabe que la
actividad física y el entrenamiento cognitivo también mejoran la
capacidad de aprendizaje en los humanos.
Sin embargo, no es tan fácil estudiar en humanos si la capacidad de
aprendizaje puede heredarse epigenéticamente. No obstante, los
resultados obtenidos por Fischer y sus colegas pueden indicar
respuestas a esta pregunta.
Los
investigadores ahora intentan averiguar si miARN212 y miARN132
también se acumulan en los espermatozoides humanos después de las
fases de la actividad física y mental.
Por: ECOticias.com
/ Red / Agencias
Fuente:
https://www.ecoticias.com/vida-saludable/182790/Si-haces-ejercicio-tu-hijos-te-lo-agradeceran
No hay comentarios:
Publicar un comentario