Cuando tenemos dolencias
físicas vamos al doctor y este nos hace una serie de pruebas -o nos
remite a otros- para saber qué es lo que pasa con nosotros y poder
devolver al cuerpo su funcionamiento óptimo. Le damos gran
importancia a nuestro organismo y la parte física del mismo, pero en
ocasiones olvidamos que la mente juega un papel vital para que todo
se mantenga en orden.
Es decir, vemos en
Internet muchísimas informaciones acerca de la salud de nuestros
diferentes órganos, las librerías están repletas acerca de
consejos para mantener un peso saludable y estar felices, pero solo
un pequeño porcentaje de los libros que ahí se venden o de los
programas que vemos en televisión -o las distintas plataformas- le
dan la importancia que se requiere a la higiene mental. Una
actitud mental
positiva puede hacer incontables cosas por ti, incluso prevenir
problemas de salud físicos o de otros tipos, pero muchas veces no le
prestamos la atención necesaria.
De hecho, enseñamos los
niños desde pequeños a ser aseados y tener una buena higiene en los
distintos aspectos de su cuerpo, pero pocas veces se ve a los padres
enseñando herramientas a sus pequeños que les ayuden a tener una
mente saludable.
Si no habías escuchado
anteriormente la frase “higiene mental”, tienes que
saber que se trata de esos procesos que permiten a cada individuo
encontrar un equilibrio con su ambiente sociocultural. Para tener una
buena higiene mental se deben tener hábitos que prevengan
comportamientos negativos que afecten tanto a la persona
individualmente, como a la sociedad en la que este se desarrolla.
Si se enseñaran estos
hábitos en las escuelas y en las casas, aunados a los hábitos de
higiene comunes que ya conocemos porque han tenido mayor penetración,
la calidad de vida aumentaría exponencialmente. Pero en vez de
pensar en lo que pudo haber sido o puede ser, es mejor enfocarnos en
conocer cuáles son las actividades y acciones más básicas que
podemos aprender para ponerlas en práctica desde ahora y ser los
responsables de pasarlas a la próxima generación:
1.- Pensar en positivo:
esto puede parecerte cliché, pero es realmente efectivo para lograr
las cosas que quieres y para darle otra perspectiva a cada una de las
cosas. Tener pensamientos positivos no se trata de ver el vaso medio
lleno cuando está por la mitad, sino enfocarte en sacar el mayor
provecho a esa cantidad de agua que posees, y luego con el vaso.
Los pensamientos positivos
no solo te hacen ser más feliz a ti, esto también se contagia por
lo que influirás en las personas a tu alrededor. Asimismo, pensar en
positivo estimulará tu creatividad, ya que es una actitud por la que
te riges que te permite ver el lado positivo de cada una de las cosas
que pasan, incluso cuando parezca imposible.
Por nuestra mente pasan
muchas cosas y así tengamos muchos pensamientos positivos, no
estamos exentos a tener otro tipo de pensamientos y está bien. Esto
forma parte de nuestra humanidad, pero un buen paso para lograr la
higiene mental es que los pensamientos positivos sean prioritarios
sobre cualquier otro. Cuando te vuelves consciente de esto, podrás
sustituir esos pensamientos que no te aportan nada bueno rápidamente,
por otros que sí sean de provecho para ti.
2.- No dejes de
aprender: el cerebro humano es increíble, y lo que le da esta
cualidad es su capacidad de aprendizaje. Por ejemplo, si te pones
como meta aprenderte una página de texto a diario podrías hacerlo.
Pero si no te pones ningún reto ¿Cómo podrás ver si tienes la
capacidad de lograrlo?
Para poder conocer
nuestras cualidades muchas veces tenemos que retarnos. Según
Gananci, en
nuestra zona de confort estamos limitados de muchas cosas, pero
cuando salimos de ella, las circunstancias te abrirán una nueva gama
de posibilidades a las que antes ni habías tenido acceso.
El
aprendizaje no tiene que ver solamente con el área académica. Tu
mente se puede nutrir en conversaciones con otras personas, leyendo
diferentes tipos de literatura -incluso la de entretenimiento-,
haciendo nuevas cosas con tu cuerpo (probando nuevos platos,
actividades físicas, ejercicios de sincronización, etc) porque
debemos recordar que cuerpo y mente se influyen bidireccionalmente.
3.- Trabaja en tu
autoestima: el amor propio es uno de los pasos más importantes
dentro de la higiene mental porque si no tienes un buen concepto de
ti mismo, cada una de las actividades que debas realizar se te
dificultarán mucho más.
Cuando cultivas tu
autoestima estarás abarcando otros aspectos como la autoconfianza,
una auto-percepción objetiva y más. Además, esto también te
ayudará a que puedas establecer metas y alcanzarlas con mayor
facilidad.
Cuando tienes una
autoestima equilibrada (es importante hacer hincapié en el
equilibrio) podrás tener relaciones más significativas y saludables
porque puedes amar a otros con menos probabilidades de caer en
relaciones abusivas o tóxicas que tienen poder para marcarnos de por
vida.
Al tener una visión
positiva y una autoestima alta, también puedes ver las cualidades de
otros y respetarlos profundamente sin sentir ningún tipo de amenaza
o complejo, lo que te convierte en un buen jugador en equipo.
Descripción de la autora:
- Edith Gómez es editora en https://gananci.com/ apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo.
- Le inquietan las ideas de negocio y más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
Twitter: @edigomben
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