Fotos por cortesía de Fernando de Castro, pío De Río-HorTega y el Instituto Ramón y Cajal del CSIC |
La
protección no ha conseguido que haya alguien catalogando un
inmenso legado
de dibujos,
manuscritos, fotografías, correspondencia y preparaciones de
laboratorio de la Escuela Española de Neurología. Con Cajal y su
escuela, la
Unesco protege la historia de la ciencia,
como antes sólo había hecho con el manuscrito original de De
revolutionibus libri sex,
la obra fundamental con la que Copérnico revolucionó la astronomía;
el archivo danés del botánico Linneo; los papeles matemáticos de
Isaac Newton; el archivo de Louis Pasteur y el de Nikola Tesla. Archivo
y el de cuatro discípulos -otro gran mérito del nobel fue crear
escuela- son desde hace unos meses Patrimonio de la Humanidad aunque
siguen sin archivero ni planes de museo.
Surgió
así el Cajal Legacy Group, presidido por Juan de Carlos,
investigador del Instituto y responsable durante años de la
documentación, donde se integraron investigadores de todo el mundo
que empezaron por lanzar una petición en change.org y
a estudiar «cómo proponer los
archivos de Cajal y
de los más distinguidos miembros de la Escuela Neurológica Española
para el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco». Porque si Newton
describió la gravedad y Darwin elaboró la Teoría
de la Evolución,
fue Cajal
(y su escuela) el primero en estudiar el sistema neuronal.
Y eso es lo que ha visto y apreciado la Unesco.
Los
archivos protegidos tienen todavía miles de cartas sin estudiar,
que, como dice De Castro, pueden ser una
fuente interesante de contexto.
«El estudio profundo y de conjunto del epistolario de Cajal y
sus discípulos queda aún por hacer... y deparará muchísimas
claves y sorpresas científicas, históricas, políticas y
culturales. Se comunicaban siempre en un español jugoso, rico,
preciso y gracioso». Pero también en francés y en alemán, ya que
algunos de ellos se habían formado en laboratorios alemanes.
Estructura neuronal del cerebro de un pichón. 6. Células nerviosas de la glía (células más pequeñas y numerosas que las neuronas, que las aíslan y las nutren). Fernando de Castro |
Desde
su época de catedrático en Valencia supo atraer a colaboradores.
Fue el Premio Internacional de Moscú el que hace que Alfonso XIII le
dotara con un laboratorio perfectamente equipado y ya con personal
dedicado exclusivamente a ayudarle. Cuando le dieron el Nobel en
1906, rechazó convertirse en ministro, pero a
cambio convenció al rey para crear la Junta de Ampliación de
Estudios (JAE),
que comenzó a funcionar en 1907. «Los resultados fueron
espectaculares». Y esa institución fue fundamental «para que
regresasen a trabajar a España Nicolás Achúcarro y Pío del
Río-Hortega; para que Tello, Fernando de Castro y Rafael Lorente de
Nó se formasen en diversos laboratorios europeos, con una agilidad
asombrosa, alejada de la burocracia actual. Tres de ellos rozaron el
Premio Nobel de Fisiología o Medicina desde 1929 hasta 1960».
Neuronas de Purkinje dañadas, en el cerebelo. 8. Inervación de la arteria carótida. Fernando de Castro |
Cajal
hizo en numerosas ocasiones gala de su patriotismo. Por eso, Fernando
de Castro, investigador y nieto de un discípulo del nobel, cree que
la ausencia de un museo
Cajal «es
un delito de lesa patria». documentos...
Mientras, algunos de los
dibujos de Cajal andan de exposición en Nueva York.
La mayoría sigue en un espacio modesto del Instituto Cajal, a la
espera de un museo acorde con la importancia de la Escuela Española
de Neurología, que aglutine los archivos dispersos, incluidos los
que están en casas particulares de familias de sus discípulos. Una
paradoja última es que ya se cuente con la protección de la Unesco
y el legado no sea Bien de Interés Cultural en España.
Fuente: http://www.elmundo.es/cronica/2018/03/03/5a92ede3e5fdea21558b468c.html
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