domingo, 4 de marzo de 2018

Ramón y Cajal, el neuropintor

Fotos por cortesía de Fernando de Castro, pío De Río-HorTega y el Instituto Ramón y Cajal del CSIC

La protección no ha conseguido que haya alguien catalogando un inmenso legado de dibujos, manuscritos, fotografías, correspondencia y preparaciones de laboratorio de la Escuela Española de Neurología. Con Cajal y su escuela, la Unesco protege la historia de la ciencia, como antes sólo había hecho con el manuscrito original de De revolutionibus libri sex, la obra fundamental con la que Copérnico revolucionó la astronomía; el archivo danés del botánico Linneo; los papeles matemáticos de Isaac Newton; el archivo de Louis Pasteur y el de Nikola Tesla. Archivo y el de cuatro discípulos -otro gran mérito del nobel fue crear escuela- son desde hace unos meses Patrimonio de la Humanidad aunque siguen sin archivero ni planes de museo.

Astrocitos (células del sistema nervioso central) del hipocampo (estructura del cerebro) de un hombre tres horas después de su muerte. 2. Cajal no sólo dibujó neuronas; también pintó la anatomía del oído interno. Fernando de Castro

Surgió así el Cajal Legacy Group, presidido por Juan de Carlos, investigador del Instituto y responsable durante años de la documentación, donde se integraron investigadores de todo el mundo que empezaron por lanzar una petición en change.org y a estudiar «cómo proponer los archivos de Cajal y de los más distinguidos miembros de la Escuela Neurológica Española para el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco». Porque si Newton describió la gravedad y Darwin elaboró la Teoría de la Evolución, fue Cajal (y su escuela) el primero en estudiar el sistema neuronal. Y eso es lo que ha visto y apreciado la Unesco.

Dibujos de oligodendroglias, un tipo de células que recubren las fibras nerviosas. 4. Cálices de Held (por su parecido con al cáliz de las flores). Conexiones nerviosas grandes en el sistema auditivo. Fernando de Castro

Los archivos protegidos tienen todavía miles de cartas sin estudiar, que, como dice De Castro, pueden ser una fuente interesante de contexto. «El estudio profundo y de conjunto del epistolario de Cajal y sus discípulos queda aún por hacer... y deparará muchísimas claves y sorpresas científicas, históricas, políticas y culturales. Se comunicaban siempre en un español jugoso, rico, preciso y gracioso». Pero también en francés y en alemán, ya que algunos de ellos se habían formado en laboratorios alemanes.

Estructura neuronal del cerebro de un pichón. 6. Células nerviosas de la glía (células más pequeñas y numerosas que las neuronas, que las aíslan y las nutren). Fernando de Castro

Desde su época de catedrático en Valencia supo atraer a colaboradores. Fue el Premio Internacional de Moscú el que hace que Alfonso XIII le dotara con un laboratorio perfectamente equipado y ya con personal dedicado exclusivamente a ayudarle. Cuando le dieron el Nobel en 1906, rechazó convertirse en ministro, pero a cambio convenció al rey para crear la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), que comenzó a funcionar en 1907. «Los resultados fueron espectaculares». Y esa institución fue fundamental «para que regresasen a trabajar a España Nicolás Achúcarro y Pío del Río-Hortega; para que Tello, Fernando de Castro y Rafael Lorente de Nó se formasen en diversos laboratorios europeos, con una agilidad asombrosa, alejada de la burocracia actual. Tres de ellos rozaron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina desde 1929 hasta 1960».
Neuronas de Purkinje dañadas, en el cerebelo. 8. Inervación de la arteria carótida. Fernando de Castro

Cajal hizo en numerosas ocasiones gala de su patriotismo. Por eso, Fernando de Castro, investigador y nieto de un discípulo del nobel, cree que la ausencia de un museo Cajal «es un delito de lesa patria». documentos... Mientras, algunos de los dibujos de Cajal andan de exposición en Nueva York. La mayoría sigue en un espacio modesto del Instituto Cajal, a la espera de un museo acorde con la importancia de la Escuela Española de Neurología, que aglutine los archivos dispersos, incluidos los que están en casas particulares de familias de sus discípulos. Una paradoja última es que ya se cuente con la protección de la Unesco y el legado no sea Bien de Interés Cultural en España.

Fuente:  http://www.elmundo.es/cronica/2018/03/03/5a92ede3e5fdea21558b468c.html


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