jueves, 7 de febrero de 2013

Un futuro que cada vez va a peor: podemos ser ‘raros’, pero somos humanos

Por María del Carmen de Rivas

Soy una zaragozana de 45 años que tuve la “suerte” de nacer con una enfermedad de las denominadas raras. Hasta mis 40 años ni siquiera sabían lo que tenía, a pesar de haberme operado hasta siete veces. Cuando por fin consigo un diagnóstico más o menos claro, descubro que al ser enfermedades minoritarias, el conocimiento médico es escaso, o casi nulo. Pero claro, aquí entra el orgullo personal. ¿Cómo un médico puede reconocer su total o casi total ignorancia de dicha enfermedad? Eso sería quedar como un tonto. El ser humano es presuntuoso por naturaleza y hasta hace no mucho tiempo la clase médica era considerada casi divina, sin posibilidades de equivocación o de ignorancia.

Ahora veo mi futuro cada día peor, primero el Gobierno se olvida de nosotros, la minoría denominada “rara” cuyos medicamentos cuestan más y encima ahora tenemos que pagar parte. Me operan y me dan diagnósticos poco claros, pido segundas opiniones y se me deniegan. No interesa que salga a la luz su propia ignorancia. Todo esto me hace sentir miedo ante mi futuro, quizás demasiado pronto estaré postrada en una silla por no poder caminar, limitada para una vida normal. Todavía soy joven y aún puedo dar algo de mí a esta sociedad.

Como colofón, este año 2013 es el año de las enfermedades raras. Y, ¿para qué va a servir? Para que los políticos se hagan fotos al lado de unos cuantos enfermos y nada más. Esto es un grito de angustia, de impotencia por mí misma y por mis compañeros de viaje. Podemos ser raros, pero somos seres humanos que a pesar de estar enfermos podemos aportar nuestro pequeño granito de arena, pero claro ayudarnos cuesta dinero y eso está reservado para otras cosas más importantes. ¡Qué lástima de sociedad que aparta y discrimina a los enfermos!

Artículo original en: 20 minutos

1 comentario:

  1. Felicidades por el artículo. Comparto esta opinión, así es verdaderamente la realidad de mucha gente y que hay que exponerla públicamente con valentía y dignidad, como tú has hecho. Reivindicar es mejor que lamentarse. No obstante, también defiendo que, por encima de todo, hay que actuar y cooperar con fuerza y determinación para defender, apoyar y animar la investigación eficaz, con objetivos y con resultados. Hay que asumir que esto nadie lo hará por nosotros. Afortunadamente cada vez más hay colectivos comprometidos. Aprendamos a actuar en red.

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