Jazmín Lago vive en modo feliz. Ha quitado de su vocabulario “dificultad” y “sacrificio”.
JAZMÍN LAGO: “oro todos los días por las personas que sufren”. |
Pero Jazmín ha decidido vivir en modo feliz. Para ella es una actitud de vida. Es una militante de la felicidad. “Tengo mis días. Pero trato de que lo malo no me afecte internamente. Hay dos palabras que no me gustan: dificultad y sacrificio. Me gusta pensar que tengo mis tiempos y mi forma de hacer las cosas. Porque si hablamos de dificultad, para mí es todo lo que te puedas imaginar. Por eso prefiero el término ‘esfuerzo’. Para mí vale más”, habla con su voz cantarina.
A causa de la cuarentena Jazmín ya no puede ir a su psicóloga ni hacer fisioterapia. Pero ella redobla la apuesta. “Antes entrenaba dos veces a la semana y ahora lo hago todos los días en mi casa. Ya conozco los ejercicios”, dice. “Para mí, la cuarentena es un viaje hacia adentro: no es un castigo. Es un tiempo que trato de aprovechar para que sea lo más productiva posible, que me sume algo a mi vida”, confiesa con frescura.
Jazmín no reniega de las cosas que ya no puede hacer o de las que le cuestan por su enfermedad, lucha en contra de las que dependen de ella exclusivamente. “soy demasiado dormilona: básicamente me duermo a la hora que me quiero levantar”, ríe con picardía. “Pero a veces logro levantarme a la mañana y me encanta. Disfruto mucho. Durante la semana estudio piano, que es la carrera que he elegido; pinto mandalas que es un arte curativo; medito, practico las cartas del Tarot, que es algo que siempre me llamó la atención. Además escucho música y veo películas, pero soy muy cuidadosa con la temática, porque algunas no dan buena energía”.
Las buenas energías es algo que Jaz se ocupa en generar: “hago gimnasia porque eso eleva las endorfinas. Es importante tener la energía elevada en estos tiempos de mucha tristeza y preocupación. Elevar la energía refuerza nuestro sistema inmunólogo - explica-. Por las noches, cuando ya estoy en cama, acostumbro a hacer un balance del día, como estuve hoy. Si percibo que hubo tristeza me pregunto qué la causó, y me enfoco inmediatamente en la alegría. Me concentro en cosas que me gustan: la música, algo rico... También pienso en los que ahora la están pasando mal, en las personas que duermen en la calle... Todos los días oro por ellos y les mando mis energías. Yo sé que las reciben”.
Fuente: https://www.lagaceta.com.ar/nota/839431/actualidad/para-mi-cuarentena-viaje-para-adentro-no-castigo.html
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