TECH / 29 Ene 2018
En
17 años se han descrito 3 mil 831 genes cuyas mutaciones causan
enfermedad, mismos que en un futuro darían luz al desarrollo de
fármacos o terapias
El
Proyecto del Genoma Humano reveló en el año 2000 que cada persona
tiene contenidos en sus cromosomas, ubicados en el núcleo de las
células, entre 20 mil y 30 mil genes, mismos que dotan a cada
individuo de sus características particulares. Este avance, a pesar
de haber sido un gran paso, dejó muchas incógnitas pues no se sabía
qué funciones cumplía cada gen en los seres vivos.
A
17 años de esta aportación científica se sabe que en el genoma
existen regiones de repetición de genes, áreas con cambios
estructurales muy diferentes entre un individuo que en otro, pedazos
de genes que faltan y otros que sobran. Estos cambios pueden ser
inocuos, pueden ser benignos o ser causantes de una enfermedad.
“Todos
portamos mutaciones para enfermedades muchas veces raras, solo que se
mantienen como genes recesivos y no se expresan, a menos que dos
personas con las mismas mutaciones tengan progenie y sus genes
recesivos se expresen. Hoy en día conocemos el 19%, 3 mil 831, de
estos genes, mientras que en el año 2000 se conocía el 1%”,
comentó Carmen Alaez Verson, investigadora del Instituto Nacional de
Medicina Genómica (Inmegen).
Las
enfermedades
raras —cuyo nombre obedece a que son poco frecuentes en las
poblaciones con un estimado estadístico de un individuo por cada dos
mil personas— son muy difíciles de diagnosticar porque presentan
síntomas similares, es por ello que se ha recurrido a la
bioinformática para analizar regiones de genes o el genoma completo
de los pacientes, pues si la persona no sabe cuál es su mutación no
puede acceder ni a medicamento ni a un ensayo clínico que en un
futuro diera lugar a la obtención del medicamento.
En
México, el Inmegen realiza esos estudios en el Laboratorio de
Diagnóstico Genómico, el cual se encuentra a cargo de Alaez Verson,
quien indicó que “es importante desarrollar el conocimiento local,
si seguimos mandando muestras al extranjero nunca vamos a saber qué
pasa con estas enfermedades raras en México y cuáles son las
mutaciones que están circulando con mayor frecuencia en la
población. Si no se tiene conocimiento de las mutaciones que están
en el país va a ser difícil que se pueda interpretar con certeza”.
A
lo largo de estos años se ha logrado reducir costos y aumentar la
eficiencia del diagnóstico con la creación de bases de datos
internacionales como el sitio web Human Gene Mutation Database en
donde los especialistas consultan cuadros clínicos de pacientes de
cualquier parte del mundo.
Estos
repositorios contienen también datos de secuenciaciones de exomas
que son la parte del genoma que al transcribirse da lugar a las
proteínas, hay genomas completos que sirven como referencia y hay
bases de datos fenotípicas (las características visibles de una
persona como color de ojos o estatura) en las que se asigna un número
a esos rasgos. Esto facilita el establecimiento de un cuadro clínico
a quienes padecen una determinada patología.
Aún
así, una persona puede tardar años en tener su diagnóstico por la
complejidad del análisis y esto se debe a que es muy complicado
hacer diagnósticos; hay 15 o más genes que pueden dar un
diagnóstico similar, además de que las mutaciones que causan
enfermedades raras no son todas iguales ni tienen el mismo efecto
sobre la proteína que codifica a determinado gen, por eso la terapia
a los pacientes tampoco es exactamente igual.
La investigadora en ciencias médicas añadió que hay mutaciones que eliminan totalmente la función de una proteína, hay otras mutaciones donde la proteína existe pero no funciona tan bien como debería, hay medicamentos que utilizan a ciertas moléculas para hacer que esa proteína que no funciona tan bien funcione un poco mejor.
Ante
este escenario, las bases de datos sirven para tener una estadística
mundial de las enfermedades raras en las que se evidencia que entre
las raras hay unas con mayor tasa de incidencia que otras. Esto sirve
para identificar enfermedades y evitar procesos clínicos
innecesarios, así como para hacer presión en las farmacéuticas y
hacerles ver que vale la pena invertir en la creación de los
fármacos.
“El
desarrollo de medicamentos huérfanos —que están destinados
a un grupo muy reducido de pacientes— no le ha importado a la
industria porque es un mercado pequeño y hay poco retorno de
inversión para la industria. Solo hay 400 fármacos aprobados por la
Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, de los
cuales el 5% son eficaces para tratar enfermedades raras; el resto de
los pacientes recibe cuidados paliativos”, señaló Alaez Verson.
Existe,
igualmente, la terapia génica en la que se utiliza a un vector, como
un virus que no haga daño al ser humano, al que se le coloca un gen
sano, el vector funge como transportador que lleva al gen al tejido
donde debería estar funcionando; el problema es que son tratamientos
muy costosos por ser personalizados y los vectores suelen ocasionar
efectos adversos en el paciente.
La
terapia de reemplazo enzimático es otra alternativa en la que se le
proporciona al organismo la enzima que no está funcionando bien
porque su gen está dañado, ya sea por transfusión sanguínea o vía
oral. La enzima suele ser un clon obtenido de una bacteria, es
recombinante y es producida de manera sintética. El problema con
esta terapia es que también es cara y el paciente la toma de por
vida.
El
desarrollo de medicamentos huérfanos, destinados a un grupo muy
reducido de pacientes que presentan enfermedades raras —que suelen
ser crónicas, degenerativas, muy graves y potencialmente mortales—
, no son de interés central para la industria porque es un
mercado pequeño y con poco retorno de inversión. Solo hay 400
fármacos aprobados por la FDA de Estados Unidos, de los cuales el 5%
son eficaces para tratar enfermedades raras; el resto de los
pacientes recibe cuidados paliativos.
Fuente:
https://www.vanguardia.com.mx/articulo/tratamiento-de-enfermedades-raras-en-la-era-genomica